sábado, 6 de junio de 2009

Perú: 34 muertos en un feroz desalojo de indígenas


Una masacre ocurrió ayer en Perú y creó un escenario muy delicado para el presidente Alan García. Al menos 34 personas, al menos 9 policías y entre 22 y 25 indígenas, murieron cuando agentes desalojaron ayer por la fuerza a nativos que bloqueaban una ruta de la Amazonía peruana en protesta por una serie de decretos legislativos. Además quedaron más de 100 heridos.

La protesta lleva semanas y es contra explotaciones de petróleo y gas en zonas que los nativos reclaman como propias y dicen afectan la conservación del área. Y ya obligó a suspender operaciones de empresas como la estatal Petroperú y la argentina Pluspetrol.

Según la versión de la Aidesep, principal organización indígena, eran 5.000 los nativos que bloqueaban la llamada "Curva del Diablo" en Reposo (provincia de Bagua) cuando la policía cargó a la madrugada. La mayoría de los indígenas muertos lo fueron a balazos, algunos hechos desde helicópteros, denunciaron sus dirigentes, en tanto la policía informó oficialmente 9 agentes muertos.

La oposición política al presidente García, desde la radical hasta la moderada, le exigió al gobierno asumir responsabilidades. El Partido Nacionalista Peruano, de Ollanta Humala, principal fuerza de oposición parlamentaria y favorable a la causa de los indígenas amazónicos, exigió la salida del presidente de Consejo de Ministros, Yehude Simon, y la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas. Y el ex presidente Alejandro Toledo anunció desde Colombia al Canal N de la televisión limeña que regresará a la brevedad para "liderar" la búsqueda de responsabilidades políticas, apuntando a García, Simon y Cabanillas.

El principal líder de la Aidesep, Alberto Pizango, consideró el hecho como un "genocidio", del que también responsabilizó al primer mandatario. Desde helicópteros y desde tierra, utilizando fuego real y gases lacrimógenos, la operación de desalojo duró casi toda la mañana, según señalaron varias fuentes. Posteriormente, los desórdenes se extendieron por la ciudad de Bagua, donde los manifestantes prendieron fuego a varias oficinas públicas y del partido Aprista (gobernante), y las movilizaciones continuaron por la tarde, en medio de disparos al aire y bombas lacrimógenas. La policía acusó a los indígenas de haber utilizado armas de fuego para evitar su desalojo, según el director de la institución, José Sánchez Farfán. Explicó que los choques se produjeron después de que sus agentes tomaron el cerro que domina la "curva del Diablo", y alrededor de mil nativos aparecieron y abrieron fuego. Aidesep negó que llevaran armas y dijo que los policías murieron por fuego cruzado de ellos mismos.

Según el presidente García, el líder Pizango cayó al "nivel delincuencial" y hay "intereses ocultos" que trabarían el desarrollo del país a través sus recursos naturales.


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