miércoles, 14 de enero de 2009

Nueve muertos y 200.000 desplazados por las inundaciones en el sur de Filipinas





Nueve personas han muerto, otras nueve permanecen desaparecidas y 200.000 han tenido que abandonar sus casas debido a las fuertes lluvias que han afectado a Filipinas en la última semana, según fuentes oficiales.


Las aerolíneas han tenido que cancelar numerosos vuelos locales debido a la lluvia y las bajas temperaturas que azotan el país, con especial incidencia en el norte de Mindanao (sur de Filipinas).
Las escuelas permanecen cerradas en las localidades más afectadas y los barcos amarrados en puerto, después de que la agencia estatal de meteorología pidiera que las embarcaciones no salgan a faenar debido a las fuertes olas en las regiones de Visayas y Mindanao.
Minería y tala de árboles
Constantino Jaraula, alcalde de la ciudad de Cagayán de Oro, una de las más afectadas, afirma que no experimentaba inundaciones de este calibre desde 1957.
Jarula pidió agua, comida y ropa para las víctimas, que sólo en Cagayán de oro superan las 15.000 familias.
El alcalde culpó a la minería y a la tala de árboles del desastre y pidió a la presidenta del país, Gloria Macapagal Arroyo, que imponga una prohibición de deforestar los bosques en la región autónoma de Mindanao.
Lluvias y tifones
Las riadas dejan cada año decenas de muertos en el archipiélago durante la estación lluviosa, que comienza en mayo o junio y termina en noviembre o diciembre, aunque muchas veces se producen fuera de la época del monzón.
En 2006, cuatro tifones de inusual intensidad anegaron varias zonas de Luzón y dejaron más de 1.300 muertos, casi tres millones de afectados y medio millón de viviendas destruidas.

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