Cerca de 30 personas murieron y más de 250 resultaron heridas hoy por la explosión de un coche bomba frente al edificio de la Policía y a oficinas de inteligencia en el centro de la ciudad de Lahore, en el este de Pakistán.
Se teme que la cifra de víctimas fatales vaya en aumento, ya que muchas personas aún quedan sepultadas bajo los escombros del edificio que se derrumbó a causa de la explosión.
Según el ministro Rana Sanaullah, del gobierno de la provincia de Punjab, los atacantes intentaron primero penetrar con un minibús en el edificio de la policía, pero cuando las fuerzas de seguridad lo detuvieron, dos atacantes abrieron fuego. Algunos minutos después explotó el minibús.
La explosión destruyó totalmente el edificio del servicio de emergencia de la policía, de tres plantas, y causó graves daños en varios otros edificios aledaños, que albergaban oficinas de gobierno y del servicio secreto ISI, ubicados en la principal arteria de Lahore, la capital de Punjab.
Testigos dijeron al canal televisivo Express que un presunto terrorista fue arrestado y que la policía encontró dos granadas y un chaleco cargado de explosivos en el lugar de los hechos. Sanalaullah confirmó que a raíz de la explosión fueron detenidos dos sospechosos cerca del lugar del atentado.
Ningún grupo se ha atribuido el atentado hasta el momento. Sin embargo, el ministro del Interior, Rehman Malik, insinuó que el ataque fue una represalia de la milicia islamista talibán, contra la cual el Ejército paquistaní está llevando a cabo una gran ofensiva en el valle de Swat, en el noroeste del país.
Se teme que la cifra de víctimas fatales vaya en aumento, ya que muchas personas aún quedan sepultadas bajo los escombros del edificio que se derrumbó a causa de la explosión.
Según el ministro Rana Sanaullah, del gobierno de la provincia de Punjab, los atacantes intentaron primero penetrar con un minibús en el edificio de la policía, pero cuando las fuerzas de seguridad lo detuvieron, dos atacantes abrieron fuego. Algunos minutos después explotó el minibús.
La explosión destruyó totalmente el edificio del servicio de emergencia de la policía, de tres plantas, y causó graves daños en varios otros edificios aledaños, que albergaban oficinas de gobierno y del servicio secreto ISI, ubicados en la principal arteria de Lahore, la capital de Punjab.
Testigos dijeron al canal televisivo Express que un presunto terrorista fue arrestado y que la policía encontró dos granadas y un chaleco cargado de explosivos en el lugar de los hechos. Sanalaullah confirmó que a raíz de la explosión fueron detenidos dos sospechosos cerca del lugar del atentado.
Ningún grupo se ha atribuido el atentado hasta el momento. Sin embargo, el ministro del Interior, Rehman Malik, insinuó que el ataque fue una represalia de la milicia islamista talibán, contra la cual el Ejército paquistaní está llevando a cabo una gran ofensiva en el valle de Swat, en el noroeste del país.
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