jueves, 28 de agosto de 2008

Pánico en Santiago: una mujer dice estar poseída y ser la "hija de Lucifer"

Un extraño suceso causó pánico en un barrio periférico a la capital de Santiago del Estero: una mujer de 30 años parecía estar poseída y decía ser el hijo de Lucifer”, en tanto que realizaba con su cuerpo movimientos “imposibles”, como hacer girar su cabeza 180 grados.

Por el terrible cuadro, esa persona fue trasladada a la ciudad capital, donde fue internada en el Hospital psiquiátrico Diego Alcorta.

El caso se dio a conocer el domingo pasado, cuando esa mujer, que en la zona era conocida como Magdalena, llegó con su hijo de siete años a la
casa de unos parientes del barrio San Martín, donde se quedó a pasar la noche.



Pero durante la madrugada, la dueña de casa se despertó al escuchar que de la habitación contigua –donde estaban Magdalena y su hijo- provenían ruidos extraños, como de un animal rasgando las paredes.

La mujer quedó espantada al ver que se trataba de su familiar que esgrimía las uñas contra la pared mientras profería “sonidos desgarradores y amenazantes que helaban la sangre”, según relató al diario santiagueño El Liberal.

En ese momento acudió el hijo de la dueña de la vivienda, un joven de fuerte contextura física, que pese a los intentos necesitó la ayuda de vecinos para controlar a la mujer que parecía estar poseída y gritaba, con una voz que no era la suya, que era el “hijo de Lucifer”.

“La mujer daba muestras inequívocas de estar poseída por un espíritu maligno, como la voz ronca y extraña, y girar la cabeza hacia atrás o sacar la lengua afuera en dimensiones aterradoras, que no podría realizar ningún humano”, relataron testigos.

Los familiares de Magdalena entonces pidieron ayuda médica. La mujer fue trasladada en ambulancia hasta un hospital zonal, donde uno de los médicos de guardia la revisó junto a varias enfermeras que lucharon para poder amarrarla a una camilla y medicarla.

La mujer supuestamente poseída, madre de dos hijos de 7 y 10 años, era conocida en la zona del barrio San Martín como Magdalena y vendía chips para celulares.

Vecinos de su anterior domicilio afirmaron que esa persona solía ausentarse varias días a la semana, siempre de noche, y reaparecer a las tres de la madrugada. En una mesita de madera, encontraron que dibujó con un cuchillo una cabeza con un rostro extraño y al lado escribió su apodo.

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