Hannah Jones es una nena de 13 años que tiene una lesión cardíaca, por eso las autoridades de un ciudad del sur de Inglaterra querían obligarla a que se realice un trasplante de corazón, a pesar de que no serviría de nada.
Como la menor no quería ir al quirófano, las autoridades amenazaron con quitarle la custodia de la nena a sus padres, debido a que no obligaban a su hija a realizarse el transplante.
Según 20minutos,la chica, cansada de estar en hospitales, convenció a la Justicia británica que lo mejor era volver a su casa con su familia para poder morir dignamente.
A Hannah le diagnosticaron leucemia cuando tenía solo cinco años y, desde ese entonces, tuvo que pasar por varios tratamientos, uno de ellos le provocó la lesión cardíaca, que impide que su corazón funcione con normalidad.
La Justicia aceptó que una nena de 13 años pueda morir dignamente
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