domingo, 12 de octubre de 2008

Fallece en accidente de tráfico Jörg Haider, líder de la ultraderecha austriaca


El jefe de la región federada de Carintia y estandarte de una nueva derecha radical europea murió en la madrugada de ayer por un accidente al volante de su coche oficial · Llevaba 25 años zarandeando la plácida política austriaca y, hasta esta última elección, no dejó de ser ni un «enfant» ni realmente «térrible».

Se le coleccionaban frases como latigazos, que entusiasmaban tanto como escandalizaban: «Haider no puede distinguir entre un bar y la comunidad internacional», decía a ABC el líder de los Verdes ante la tentación de dejarlo tal vez gobernar; pero ni amigos ni enemigos dudan de que era un «auténtico animal político».

Jörg Haider, de 58 años, deja esposa, dos hijas, un partido resucitado al que de repente «se nos ha hundido el mundo», como dice su portavoz Stefan Petzner; y un estado regional sureño, estupefacto y barruntando el vínculo con el chófer de Lady Di. Hace mucho que era más un fenómeno que un político; de hecho, ningún otro ha marcado tanto a Austria desde Bruno Kreisky, el líder de la Internacional Socialista al que el fenómeno Haider debe desgraciadamente tanto.

Según dijo un automovilista a la cadena pública, Haider intentaba adelantarlo antes de salirse de la carretera. El jefe de policía en la capital carintia, Ernst Friessnegger, dijo que el presidente regional se golpeó contra un pilar de hormigón y salió despedido de la calzada. Las imágenes de ORF mostraban una limitación de 50 km/h. El atrabiliario político sufrió graves heridas en la cabeza y el pecho y los médicos dicen no haber podido hacer nada por salvarlo.

Tuvo amigos como Sadam Husein, Gadafi, Yirinovski... Millonario, apuesto, bien informado, contaba con amistades de gran relieve.Indefinible Ha habido tantos intentos de estudiarlo como de definirlo, con el riesgo de parecer comprenderlo dentro de la «peculiaridad austriaca» y la compleja identidad del país reinventado. Cabe adelantar que no era un neonazi, ni tampoco un hombre de bien.

Y que de simpática fierecilla política, a provocador anti-poder, llegó a bordear el antisemitismo; pero también sus enemigos contribuyeron a hacer de él lo que fue.
Su retórica nacionalista prendió en la clase trabajadora, desafecta de la socialdemocracia, en una escalada euro-escéptica, anti-inmigratoria y, finalmente aislacionista: del «Austria First» al «Austria only».

Haider olfateó en los 80 un «tercer campo» de voto, situado entre socialdemócratas y populares que se habían repartido el gobierno de Austria. Para 1999 ese campo creció hasta un 27% en torno al FPÖ. Los populares optaron por cambiar las reglas gobernar con el FPÖ.Haider ha sido el nacional-populista con más éxito electoral en Europa, con excepción de los partidos nacionalistas en EspañaEl escándalo sacudió a la UE, que degradó sus relaciones con Viena hasta que una «comisión de sabios» dio por democrático el ejecutivo. La euro-prevención fracasó pero azuzó el antieuropeísmo en Austria. Pero hubo costes: Haider se hundió y retiró inicialmente, pero su herencia repartida en dos mellizos (FPÖ y BZÖ) sigue sumando un 28% y hay una brecha generacional: es la primera opción para los menores de 30. Y los otros partidos han terminado contagiándose, sea del euroescepticismo (SPÖ) o del pánico migratorio (ÖVP).

Quien no esté familiarizado con la excepcionalidad austríaca (un formidable imperio multinacional hace sólo 90 años, reinventado en joven república alpina neutral hace 50, de esquiadores socialdemócratas sin preguntas ni culpa) no tendrá presente las consecuencias meteorológicas de la Austria de la guerra fría, la tercera vía y la Internacional Socialista, en lodos como los de Haider, que todo lo manchan desde entonces: «Die Presse» titula su necrológica con «El heredero de Bruno Kreisky», por la trampa identitaria que consagró en la II República.

Con el impulso original del socialista para minar a los populares (ÖVP), Haider ha sido el nacional-populista con más éxito electoral en Europa, con excepción de los partidos nacionalistas en España, Descansará ya en paz el imprevisible Haider, no así Austria mientras no amainen tales lodos.
12 de octubre de 2008 (abc)

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